Directiva anunció que en marzo la máxima instancia partidaria abordará sus diferencias con “pasión”, pero fortalecerá su unidad y debatirá la promulgación de una nueva Constitución Política. Define además como “una contradicción política” formación de Chile Primero y conducta de Adolfo Zaldívar.
La Mesa Ejecutiva del Partido Socialista de Chile convocó al XXVIII Congreso General Ordinario “Salvador Allende”, que se realizará el próximo 14, 15 y 16 de marzo, y anunció que éste debatirá el ciclo histórico que ha cumplido Chile, y cómo enfrentar el futuro, contexto en el que desde ya se plantea derogar la actual Constitución Política.
El presidente del partido, senador Camilo Escalona; el vicepresidente, Ricardo Solari, el secretario general, Marcelo Schilling; y la vicepresidenta de la Mujer, Carmen Gloria Allende indicaron que esta instancia será para “conversar sobre nuestras diferencias internas, pero será también la oportunidad de fortalecer nuestra unidad”.
A esta definición de Escalona, se sumó la de Solari, quien precisó que “vamos a debatir con pasión, pero también con gran vocación por la unidad”, concepto ratificado por Shilling, quien dijo que “será un debate profundo, pero dentro de la armonía socialista”.
En la convocatoria, de doce páginas, se señala que “el XXVIII Congreso se realiza en un momento histórico en el cual una militante socialista ocupa la Presidencia de Chile, al frente de una coalición amplia de fuerzas de izquierda y de centroizquierda la Concertación- que tiene como propósito central profundizar la democracia, conducir al país al desarrollo y edificar un Estado capaz de garantizar derechos sociales y económicos fundamentales a todos los chilenos y chilenas”, expresa la convocatoria.
El documento precisa que “corresponde al Congreso realizar un balance de lo que ha sido la trayectoria histórica de Chile y del Partido en los últimos 17 años. Durante esta etapa fuimos capaces de derrotar la dictadura y reinstalar la democracia en nuestro país. Construimos una poderosa alianza de las fuerzas progresistas chilenas a través de la creación de la Concertación Democrática y le hemos dado al país los últimos cuatro gobiernos, abriendo un camino original de progreso para Chile”, indica.
“La sociedad chilena ha completado el ciclo histórico que se inauguró el año 88 con la derrota de la dictadura. Las tareas democráticas esenciales se han cumplido y el avance económico social del país requiere de un nuevo enfoque. El Congreso deberá ser capaz de caracterizar la nueva etapa histórica que se está abriendo y que estará signada por completar nuestro camino al desarrollo, construir un Estado Social, terminar con la pobreza, derrotar la exclusión política y edificar una sociedad integrada y cohesionada socialmente”, expresa la convocatoria.
Asimismo, precisa que “el Congreso debiera abordar una renovada reflexión y diagnóstico sobre las nuevas condiciones del trabajo, actualizar su crítica frente a las situaciones de explotación, cosificación y alienación de que es objeto el trabajo en las actuales condiciones históricas y proponer formas alternativas de organización del mundo del trabajo para hacer frente a estas nuevas realidades”.
Nueva Constitución
Para el PS “A través de sucesivas reformas la actual Constitución Política ha logrado ser democratizada. Sin embargo, no es un marco constitucional moderno, que reconozca de manera amplia y profunda los derechos de ciudadanía en lo político, social, económico y cultural. Comparada con las Constituciones Políticas de los países democráticos más avanzados, la nuestra es todavía un marco jurídico institucional conceptualmente rezagado y conservador”.
Por ello, la convocatoria agrega que “Chile tiene la madurez política para reflexionar y abrir un debate sobre este tema. Plantear un nuevo impulso de cambio constitucional no es una consigna ni debe ser tomado a la ligera. Se trata de un proceso profundo y que implica repensar el tema de las libertades y derechos políticos, la relación entre el centro y las regiones, la arquitectura de un sistema político realmente inclusivo y el reconocimiento institucional de los derechos económicos, sociales y culturales de las personas”, enfatiza.
“Sin ir más lejos, el reciente Congreso de la DC ha retomado la idea de un Parlamento unicameral, cuestión que indica la diversidad de materias susceptibles de abordar en un debate de esta naturaleza”, acota.
“Así como en dictadura existió el llamado “grupo de los 24” se debe ahora abrir un proceso que congregue a connotados juristas, intelectuales, y actores sociales que se plantee el tema de pensar y proponer una Constitución Política para el siglo XXI”, propone.
“El Congreso debiera realizar una importante reflexión sobre la naturaleza actual de la política y de sus vínculos con la sociedad y de la capacidad de nuestra democracia de realizar sus promesas esenciales de representación, participación, deliberación y decisión democrática”.
Apoyo a Bachelet
El texto puntualiza que “el Partido Socialista tiene hoy a una destacada militante como Presidente de la República. Tenemos el legítimo orgullo que de nuestras filas haya emergido la primera mujer presidenta de nuestro país. Con ello hemos contribuido a escribir otra página en la historia de Chile, a favor de los derechos sociales y de la presencia y participación de la mujer en la vida política”, destaca la convocatoria.
“Además de ello, el gobierno de la Presidenta Bachelet representa un ambicioso y progresista programa de reformas que apunta a la creación de un sistema de protección social, y que tiene como uno de sus ejes principales una reforma previsional que permitirá a cientos de miles de personas acceder, por primera vez, a una pensión básica solidaria. Junto con ello, el actual Gobierno ha desplegado un programa de reformas en educación que significará más y mejor Estado para el sistema escolar, el aseguramiento de la calidad y un reforzamiento de la educación pública. Junto a lo anterior, se puede mencionar importantes programas en materia de vivienda social, aumento de cobertura del Auge, protección de la infancia, reforzamiento del seguro de desempleo y políticas de fortalecimiento sindical y equidad en materia laboral”, expresa.
“La actual Dirección del Partido ha tomado como opción jugar un claro y decidido rol de respaldo y sustento político del actual Gobierno y particularmente de la figura de la Presidenta. Estamos convencidos que hemos actuado correctamente y con responsabilidad histórica. No creemos que el Partido deba perfilarse en esta etapa criticando a un Gobierno cuya Presidenta es una militante de nuestras filas o asumiendo posiciones opositoras”, manifiesta el documento.
“Lo anterior no significa no hacer ver aquello que no está funcionando adecuadamente. La lealtad no es obsecuencia ni cerrar los ojos frente a lo que no funciona correctamente. Creemos que el Partido debe en este Congreso reafirmar su compromiso y lealtad con el Gobierno, sin por ello dejar de expresar sus visiones críticas ante todo aquello que consideramos que no se está realizando con eficacia o en la dirección política adecuada”, reflexiona.
Contradicciones de la realidad política actual
Para “el desarrollo del actual gobierno ha encontrado importantes dificultades para desplegarse a plenitud. A este Gobierno le ha correspondido enfrentar el agotamiento del programa original de la Concertación centrado en la redemocratización del país y, junto con ello, la necesidad de reconstruir su orientación estratégica en esta nueva etapa. También ha debido lidiar con una oposición más dura y obstruccionista y ha debido enfrentar desafecciones y conflictos al interior de la Concertación, generándose un cuadro de pérdida de mayorías estables en el Parlamento para desplegar su programa”.
“Tampoco han estado ausentes errores propios de la gestión gubernativa, siendo el más gravitante lo ocurrido con el plan de transporte metropolitano conocido como Transantiago”, enfatiza.
Además precisa que “el fenómeno de Chile Primero y del sector disidente de la DC, no puede ser analizado sólo como conflictos entre grupos o personas, sino que responden a una contradicción política, pues ambos grupos representan posiciones que han ido quedando aisladas crecientemente dentro de la Concertación y que, por lo mismo, buscan reposicionarse a través de alianzas con la derecha. No se debe caer en el engaño por ciertas retóricas de “izquierda”, pues se trata en definitiva de desafecciones que pactan con la “derecha””, indica.
Continuidad de la Concertación
Con respecto a la continuidad del actual conglomerado gobernante, la convocatoria sostiene que “para el nuevo ciclo histórico que se abre, signado por la tarea de alcanzar el Desarrollo y construir un Estado de Bienestar moderno en nuestro país, la confluencia entre las vertientes socialistas y socialcristianas tiene pleno sentido y vigencia”, expresa la convocatoria al XXVIII Congreso.
Unidad Interna
“El año 90 y junto con la recuperación de la democracia, las dos grandes vertientes en que se había dividido el socialismo histórico reconstruyeron su unidad. A ello se sumaron otras orgánicas y dirigentes provenientes de diversas vertientes de la izquierda chilena. Sectores del PC, MIR, MAPU e Izquierda Cristiana se incorporaron al Partido Socialista aportando a éste una nueva riqueza de experiencias, culturas y subculturas políticas. El Partido Socialista se transformó así en la Casa Común de una buena parte de la izquierda chilena, en un proceso político enriquecedor que debe ser valorado plenamente”, subraya.
“En este período el Partido Socialista logró que una militante de sus filas fuera Presidenta de Chile, liderando un programa progresista que ha puesto especial énfasis en el tema de la protección social esbozando, por primera vez, un concepto de Estado protector y garante de derechos sociales universales”.
“En lo interno, el Partido Socialista si bien está muy lejos de las crisis y disputas que se han vivido en partidos como el PPD y como los que hoy se viven en la DC, no ha logrado construir una convivencia en que todos se sientan debidamente integrados. Resulta a estas alturas un poco inútil intentar dilucidar si ello ha sido por falta de voluntad integradora de la mayoría o por la poca disposición de la minoría a integrarse. Probablemente haya responsabilidades compartidas. Lo que sí está fuera de discusión -a nuestro juicio- es que las diferencias se han zanjado a través de procesos democráticos, con respeto de la institucionalidad partidaria y que ha existido la más amplia posibilidad y libertad para expresarse”, reflexiona el documento.
“Lo cierto es que a futuro aspiramos a que el Partido pueda profundizar su unidad” , destaca.
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