Son muchos los miedos que entran en nuestra vida, acompañados de los remedios de los que a menudo oímos hablar antes de que hayamos tenido tiempo de asustarnos de los males que esos remedios prometen solucionar", dice un párrafo del libro "Miedo líquido" (Paidós) del pensador y sociólogo Zygmunt Bauman. Una de las ideas interesantes que se puede inferir es que los consumidores o "el consumo" están motorizados por el miedo... "un miedo líquido (efímero)". A partir de esta idea, es fácil explicar el concepto de posicionamiento que utilizamos algunos planners (quienes desarrollamos estrategias de marcas) donde las marcas se paran sobre las necesidades, o mejor dicho sobre los "miedos encubiertos" de los consumidores. Cuando una marca habla de seducción, en realidad se está parando sobre "el miedo a la soledad". El éxito prometido por muchas marcas se inspira en "el miedo al fracaso" y las que prometen felicidad, en "el miedo a la angustia".
Dice Bauman: "La economía del consumo depende de la producción de los consumidores y de los consumidores que hay que producir para el consumo de productos contra el miedo , ellos tienen que estar atemorizados y asustados al tiempo que esperanzados de que los peligros que tanto temen puedan ser forzados a retirarse y que ellos sean capaces de obligarlos a tal cosa (con la ayuda de su bolsillo, claro está)" Un ejemplo práctico es el de las tarjetas de crédito paradas sobre "el miedo al futuro, a lo imprevisible"; mejor disfrutar hoy porque no se sabe lo que podrá pasar mañana.
Fuente: www.lanacion.cl,
Por PABLO LEZAMA (www.ieco.clarin.com)
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